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lunes, 15 de octubre de 2018

Aarón


El deseo acelera el pulso
y el anhelo pretende acortar el tiempo.
Pero todo llega siempre
en el momento oportuno.

Tu aparición aconteció a mediodía,
para que saborearas
el tibio sabor de la leche
en la mesa de la alegría compartida,
las llamadas que abrazaban con la voz,
las llamaradas de cariño
desde la distancia.

El río sigue fluyendo y desbordándose
en tu existencia recién amanecida.

Tu vida, que ya es en parte
también nuestra,
se abre luminosa
en tus ojos entreabiertos,
a la que te acoge
un hogar cálido de sonrisas,
como un vientre
que protege y configura,
un pecho que caldea la fría intemperie,
que acalla el primer llanto,
sobre el que disfrutar
de las iniciales caricias.

Tu familia de sangre
se agranda, se esparce, se multiplica
en otros padres y madres,
hermanos y hermanas
que te acompañarán
en tus primeros pasos,
te ayudarán a nombrar el mundo,
a dejarte asombrar por la maravilla
que brota en cada sorpresa cotidiana.

Así sabrás, por medio
del abrazo y la ternura,
lo que significa ánimo,
apoyo y confianza
en quienes te abrirán nuevas sendas
para que las recorras con pasos firmes,
y te levantarán de tus caídas
con abrazos y besos
que curarán todas tus heridas.

En la luz de tu mirada
habita un misterio,
insondable, propio, único.
Solo podemos llegar
hasta el umbral contigo,
porque la entrada en la tierra prometida
únicamente la puedes traspasar tú.

Aarón significa
“hombre de la montaña”.

Tu madre y tu padre te enseñarán
las técnicas de la escalada,
pero la subida la emprenderás
con el esfuerzo de tus manos,
tus piernas y el aliento de tu corazón,
que te ayudará a ascender hasta la cima
y también a penetrar
en las simas habitadas
por tu más íntima alegría.










Eva


Eva se tiende sola con su dicha
sobre el lecho,
únicamente las sábanas la cobijan
y atesoran sus más íntimos secretos.

Deshoja, página a página, lentamente,
fantasías que la van aproximando olas
que llegan acariciadoras y la cubren
con una tibia ebriedad de espuma,
de brumas que avivan el anhelo.

Deja caer el libro que ha abierto     
vorazmente su apetito y el deseo,
pero decide contener la urgencia
y detenerse lentamente
en cada ardiente recodo del camino.

Las yemas se refugian en su pelo,
palpan sus párpados,
se dejan besar y humedecer
hasta agradecer
el delicado roce de los labios.

Los dedos ascienden como cabritillas
por las colinas hasta llegar a su cima,
donde se demoran, descansan
y abrazan la hierba,
cada brote que renace erguido.

Ahora descienden calmos por el valle,
beben hasta embriagarse
de un pequeño estanque
y continúan recorriendo
pausados las dos orillas
que protegen el hueco ahora abierto,
suplicante, bañado de rocío,
la cavidad que enardece la pasión
y devuelve el eco inconfundible
de cada noche encendida.

Entonces Eva extiende su mano,
abre la caja de las sorpresas y el deleite
y comienzan a posarse
sobre ella mariposas,
a vibrar el retoño en el ápice de su rama,
las excitantes ondas que palpan
a oscuras todos sus rincones,
sedosas alas y plumas
que incitan al delirio,
juegos que cierran, ahondan e inflaman
las aberturas ocultas y ahora expuestas.

Hasta que el universo de la habitación se incendia y refleja
una lluvia de estrellas fugaces,
el aire se adensa de intensos suspiros
y la cama se vuelve el íntimo refugio
de los estertores,

que ya no conducen
a los silencios, las imposturas
y tantas lágrimas ahogadas,

sino a alzar el vuelo, libre al fin
hacia el inédito y abrasador
arrebato de la pasión,
a cada nuevo y espléndido despertar,
a un inexplorado sentimiento de alegría.










   

Una sonrisa de satisfacción


Aceptó una última cita
tras múltiples, humedecidas
súplicas y promesas.

Sentados al fin enfrente uno del otro,
cercanos los cuerpos tras la mesa,
distante la seguridad de cada uno,
apagada la luz en las miradas.  

Pidieron. Él lo de siempre,
un café con leche templada.
Ella un vino blanco bien frío,
que había empezado a gustar
durante las tardes grises
rodeadas de incertidumbre y soledad.

Él aseguró que ya había terminado
con aquella relación, 
que había sido una locura pasajera,
que no había significado
nada en realidad,
que la seguía queriendo a ella
como el primer día.

Solo esperaba su indulgencia
para reanudar la relación,
que ya vería cómo todo a partir de ahora
iba a ser diferente,
mejor que nunca.

Y al fin calló.
Se sentía seguro, confiado,
pensando que no habría para ella
nunca nadie
que pudiera cubrir el hueco
que dejó tras su último devaneo.

Ella le escuchaba atenta,
intentando percibir en sus palabras
unas gotas de disculpa y sinceridad,
algún vestigio de ternura en su corazón,
un mínimo deseo de reinventar
algo que ya se iba desvaneciendo.

Pero no sintió en su interior
mas que una sorprendente indiferencia.

Puso una mano sobre la de su marido,
le miró fijamente y le dijo
con voz clara y firme:
“Lo siento, ya es tarde”.

Apuró su copa, se puso el abrigo
sin prisa
y se dirigió hacia la salida del bar.

Ya en la calle una inesperada,
radiante sonrisa se asomó,
al fin, a su rostro. 















Renacer


Comenzó a esparcir sobre la mesa
sus propias cenizas, las banderas rotas, ajadas,
que ocultaba temeroso a tantas miradas,

para enfrentarse desnudo de disculpas,
suficiencias y débiles coartadas
que cercenaban su más vívida identidad.

Aceptando con humildad sus miedos,
sus desconfianzas e inconsecuencias
comenzó  a recobrar la sonrisa en su mirada,

los cielos dejaron de ser grises, para tornarse azules,
bajo el sol de su infancia, y volvió a escuchar de nuevo
el murmullo de la fuente que le manaba desde muy adentro. 


Ya no espero


Solo en ti está la fuerza
de hacernos esperar a ciegas el futuro.
(Luis Cernuda)

Ya no espero la engañosa ilusión de una vida sin males,
unos cielos y una tierra que destilen leche y miel,
una promesa baldía que colmate tantos cenagales,
una lucha eterna contra la infamia, el puño y la hiel.

Ya no espero que alumbre el día con un rojo amanecer,
una invitación a soñar el futuro con vanas apariencias
o con la luz eterna que desaparece cada día al atardecer,
para terminar tumbado bajo la ebriedad de la inconsciencia.

Solo espero en la mano que esparce vislumbres de estrellas,
que siembra lealtades y despierta con su ternura la luz de la sonrisa,
que abre puertas al viento, a lo nuevo que ahonda en las huellas.

Solo espero en la fuerza vital que me habita por dentro,
en la energía común que aúna voluntades y recrea los caminos,
en el hondo abrazo que estimula e invita al encuentro. 


Meditaciones 36


Es necesario sentir y llevar dentro
nuestra propia tierra, nuestras raíces,
nuestra isla de procedencia.
Pero no hay que perder de vista
que más allá de sus límites hay un océano inmenso
donde existen miles de otras islas por descubrir,
a las que cuidan y alumbran cada noche,
desde múltiples universos, miríadas de estrellas.

*

Seamos manantiales, oasis, tienda de acogida,
en medio del desierto por donde vagan
sin rumbo ni esperanza
las soledades más desoladas.

*

No temas. Porque hoy estoy a tu lado.
Y si mañana no percibes mi caricia, mi aliento,
no temas, siénteme muy adentro,
porque sabré, de alguna forma,
cómo hacer para que amanezca una sonrisa
en cada latido de tu corazón.

*

Estamos llamados a ser
lo que desde siempre somos:
la íntima presencia que nos habita,
la “llama de amor viva”
latente, oculta, a veces ignorada,
bajo las brasas siempre encendidas.

*

Para que un instrumento de viento
(una flauta, un clarinete, un saxofón…)
pueda expresar la mejor música, el mejor sonido
al que está destinado desde su creación,
necesita del aire que en ti circula y da un tono vital,
el que brota lleno de calidez desde tu interior…

*

El compromiso con las grandes causas
por el bien de la humanidad,
de la ecología, de nuestra Tierra…
deben estar profundamente interrelacionadas
con las pequeñas causas que tenemos que afrontar
cada día personalmente en nuestra cotidianidad.
Unas y otras son las que nos ofrecen
el verdadero sabor a la vida.














Meditaciones 35


En su interior se movía suave o impetuoso,
resonando siempre, el mar.
Las olas acudían a dibujar cada mañana
una sonrisa de espuma en su semblante.
Otras veces anegaban sus ojos
y bajaban por los surcos de su rostro
sanando, con un bálsamo de agua y sal,
antiguas y hondas heridas.

*

Para poder llegar el cielo de la plenitud,
solo se puede descender por el paseo de la humildad,
atravesando la calle de la cotidianidad,
rodeando la plaza de la realidad
hasta aparcar en la avenida del corazón fraterno.

*

En medio de las dificultades diarias,
de la enfermedad, los sufrimientos
y las noches oscuras de la existencia,
junto a otros momentos de alegría y felicidad,
lo verdaderamente difícil es creer
que provenimos del hontanar de donde mana la vida
y que estamos llamados
a seguir recreando de alguna forma la vida.

*

Cada día a tu lado
es como un nuevo comienzo
para aprender a vivir en plenitud.

*

Hay algunos acontecimientos
que marcan profundamente nuestra existencia
y que no dependen de nosotros.
En esos momentos reconocemos nuestra vulnerabilidad.
Entonces el silencio es la única respuesta,
ante lo que no comprendemos
y nos deja sin palabras.

*

Felices serán quienes ascienden
por la ancha y sorprendente
escala del encuentro inesperado.
Dichosos quienes desciendan
hacia la profunda alegría
de la vida compartida.

Meditaciones 34


Procura perdonar siempre, antes de pedir que perdonen los demás.
Trata de mantener tu corazón pacificado cuando exijas la paz a tu alrededor.
Que te mueva a compasión el hambre cuando reclames un reparto equitativo.
Intenta cambiar cada día tú, antes de demandar que cambie la sociedad.

*

Hoy vuelvo a recorrer el lugar de mis orígenes.
Donde pude atravesar la noche de la soledad.
Cuando comencé a descubrir la palabra transparente,
las presencias que me darían compañía y calor,
el valor de la sonrisa, la ternura y la solidaridad.
Desde donde inicié la senda de mi más íntima libertad.

*

Los recuerdos deben mantenerse vivos en el corazón,
pero no pueden aprisionarlo, sino ser un impulso
para que alce el vuelo, gozoso, renovado.

*

Diariamente se sumergía
en las aguas profundas de la realidad
y bebía en los transparentes manantiales de los sueños.

*

La más triste despedida
es la que no está alimentada
con la esperanza del reencuentro.

*

Cuando sus ojos resplandecían
lo iluminaba todo con su mirada
clara, apasionada, radiante:
era la transparencia de la vida.


Meditaciones 33

Vive tu propia historia desde el ahora
y disfrutando de cada instante,
siempre que esté revestido
de esperanza, compasión y ternura.
Solo así podrás bailar la melodía
que resuena en lo íntimo de tu corazón.

*

Ando cada día por sendas trazadas,
orientadas por tantas estrellas
que ya se extinguieron
pero que siguen vibrando dentro de mí,
iluminando mi camino,
mis dudas, mis anhelos...

*

Te dejé una tarde, junto a la orilla del mar,
para que te adentraras en él, solo,
para que abrieras tus ojos a su profundidad,
para que te dejaras llevar confiado
sobre sus olas de transparencia y espuma.

*

Solo sabrás a ciencia cierta
que has sido arrebatado por la pasión,
cuando seas capaz de arder sobre la nieve.

*

La disponibilidad es una de esas rara avis
que no se suele ver por nuestras calles,
pero que sobrevuela leve, en silencio,
por los vericuetos de la cotidianidad,
y llena de sorpresa, alegría y encanto
a quien la ofrece, a quien la encuentra.

*

El cultivo sincero de la interioridad,
aunque parezca una contradicción,
nos debe ayudar a descentrarnos,
a salir de nosotros mismos,
para el encuentro insólito y gozoso
con la realidad, con el otro.


Meditaciones 32

Pensamos que las mejores lecciones
las aprendemos estando sentados,
pero las enseñanzas más enriquecedoras
se adquieren caminando.

*

Cuidemos de no dejarnos atrapar
por la intrascendencia en nuestra vida,
para sentir en plenitud la inmanencia,
rociada por el fulgor de la transparencia.

*

La semilla ya está, desde siempre,
oculta, dentro en ti.
Riégala, cuídala.
Solo así florecerá y dará su fruto.

*

Por el simple hecho de vivir,
tú eres ya un ser muy especial.
Al igual que la naturaleza, el universo
y todos los demás seres con los que coexistes.

*

Mira con atención su rostro y, en este,
en profundidad sus ojos, su mirada.
Ahí, en lo más hondo, anida la verdad de su corazón,
no las corazas ni las apariencias.

*

No necesitas la aprobación del otro
para iniciar el viaje hacia la dicha.
Pero sin el otro, siempre que te acompañe
en el recorrido hacia tu libertad,
no podrás tampoco ser feliz en plenitud.


Meditaciones 31


Un viaje adquiere su auténtico valor
cuando pasa de ser meramente turístico
a transformarse en un viaje interior.

*

Procedemos de la delicada ternura y del ardiente abrazo.
Caminamos por la vida ofreciendo y recibiendo abrazos y ternura.
Nuestra súplica, al final, será poder ser acogidos
con un abrazo lleno de Ternura.

*

Solo hay algo que vence la lógica de la muerte:
lo ilógico del don, de la entrega gratuita,
sin recibir ningún beneficio añadido
más que la íntima satisfacción de haber amado.

*

Cuando dejes de realizar las cosas
por un deber, por pura obediencia,
para llegar a realizarlas por iniciativa propia,
asumiendo lo desconocido, al margen de seguridades,
lograrás crecer en libertad, madurez y plenitud humana.

*

Te tienes que enfrentar solo, en un cuerpo a cuerpo,
con tus debilidades, tus miedos, tus enigmas.
Y allí estaré yo, oculto, pero a tu lado.
Como aliento y presencia constantes,
a una distancia prudencial.
Para recibirte con los brazos abiertos,
cuando hayas resultado victorioso
una vez superada la prueba.

*

Para Jesús la vida eterna no es la creencia en el más allá,
sino vivir conforme a la buena noticia de liberación que anunció,
para llegar a ser cada día más humanos.
Sintiéndonos, a la vez, profundamente inmersos
en el Seno de infinita Bondad y Ternura del que proviene él,
de quien provenimos todas las mujeres y los hombres.


Meditaciones 30


El itinerario más largo y costoso
hacia lo más real de uno mismo,
siempre pasa por las aguas profundas
que fluyen por nuestro interior.

*

La justicia no puede ser nunca
falsamente equidistante.
Solo aplicará fielmente la ley
cuando sus sentencias
se muestren siempre más favorables
hacia los marginados y vulnerables.

*

Hay personas que nos quieren de verdad
y por eso no nos piden nunca que cambiemos.
Pero provocan en nosotros el anhelo de hacerlo.

*

Solo una mirada de amor
puede contemplar la vida
en lo aparentemente muerto.

*

Si respondemos de la misma forma que quien nos trata
injustamente, con rencor o desprecio,
habrá conseguido vencernos e igualarnos a él,
quedando contagiados así
por el virus de la enemistad y el rencor.

*

Guarda como un inestimable tesoro
los dones de la alegría, la ternura y la paz,
pues te protegerán cuando lleguen
los momentos de aflicción, de conflictos, de desesperanza.



Meditaciones 29


Es bueno y necesario reservar
un espacio cada día para uno mismo,
pero con tal de que no sirva
para aislarnos, para evadirnos,
sino para adentrarnos más
en profundidad en la realidad.

*

Creo en la Ternura, la Paz y la Justicia,
que anidan en nuestro interior
como un fuego, un desasosiego, un empeño.
Pero que hay que avivar cada día
para que no se extingan sus brasas.

*

Sé que todo nace, y todo parece distinto.
Sé que todo muere, y todo sigue su curso.
No es un contrasentido,
sino la vida en estado puro.

*

Para avanzar con constancia en la existencia
y así adquirir experiencias vitales, profundas,
uno de los mejores apoyos
es la invencible paciencia.

*

El país acogedor, sin fronteras,
de la ilusión y la utopía está latente,
como una semilla, dentro de ti.

*

Sigo caminando con confianza
por las sendas de la vida,
tras los destellos de la luz.

Meditaciones 28


La felicidad siempre acontece de forma inesperada
y ofrece breves sorbos de alivio y aliento,
durante el duro y exigente camino de la vida
que conduce hacia la auténtica libertad.

*

La felicidad se transforma en paz
cuando tu bandera es la solidaridad fraterna
y tu vida no tiene una mejor compañía
que la de las personas que solo pueden pagarte
con una sonrisa y una mirada agradecida.

*

La felicidad no aparece por los cantos de sirena
que nos ofrece la sociedad de consumo
o por el deseo de tenerlo todo al instante.
La felicidad está más allá del disfrute,
acontece en la donación y el servicio al otro,
en tu interior reconciliado con la bondad.

*

La felicidad no proviene de mejorar
nuestra imagen exterior con cremas,
gimnasios, vestidos o con photoshop,
sino en la aceptación de nosotros mismos,
de nuestra edad, de nuestra verdadera
imagen interior: quienes somos en realidad.

*

La felicidad no sirve para evitar los problemas,
los sufrimientos, las dificultades de la vida…
sino por adquirir cada día la serenidad necesaria
para saber esperar y superarlo todo
con el mejor de nuestros ánimos.

*

La felicidad no se alcanza
con el aislamiento personal,
sino en la entrega y la donación,
en el encuentro, dejándonos acompañar
por quienes nos ofrecen
el don inestimable de la amistad.


Meditaciones 27


La doctora le recetó un tratamiento de choque
para su depresión:
un abrazo de 30 segundos cada cuatro horas.
Este bálsamo, le dijo,
no tiene contraindicaciones.

*

Hay instantes, detalles, caricias fugaces,
que pasan por mi firmamento oscuro,
pero que quedan impresas
en el universo de mis recuerdos
como estrellas reveladoras, luminosas.

*

Y se fue alejando envuelto
por la neblina de la separación…
¿Cómo podré ahora hacerle llegar mi cariño,
cómo decirle que le sigo queriendo,
para que no se apodere de mí el olvido?

*

Hoy, en el preciso instante en el que vivo,
en que me muevo y me relaciono con los demás;
este es mi lugar en el mundo.

*

Hay personas que, en apariencia,
son normales, no sobresalen
ni intentan figurar.
Pero ilusionan e iluminan
su entorno cuando está más sombrío
y las tormentas arrecian con fuerza.

*

Hoy me he dado cuenta
que mi pasión es amor,
que el amor es apasionarse,
que mi pasión eres tú.


Meditaciones 26


Igual que las flores buscan la luz para vivir,
yo anhelo el fulgor de la presencia del amigo
para poder respirar y sonreír.

*

En estos tiempos de prisas y de intentar
conseguirlo todo de inmediato,
deberíamos cultivar cada día
el arte del saber esperar.

*

Me es imposible vivir donde habita el olvido.
Prefiero compartir mi vida
junto a los ninguneados y excluidos,
que sobreviven por las cunetas de la historia.
Desde la dignidad de tantas vidas
transparentes, invictas, eternas.

*

Nuestra más profunda humanidad se revela
en la atenta escucha del otro:
sus gozos, sufrimientos, anhelos…

*

En medio del mar agitado de la existencia,
lo que nos afianza para reflexionar
y no perder el rumbo de nuestra vida,
es la cadena de la esperanza
unida al ancla de la justicia.

*

La gran meta en la vida,
(hacia la que estamos en camino),
es llegar a ser personas “sintientes”,
es decir, que anhelamos
llegar a sentir en profundidad
empatía, solidaridad, compasión, ternura…

Meditaciones 25


Entre tú y yo se mueve a sus anchas
el misterio que nos rodea y envuelve.
Que no es vacío sino plenitud.

*

Contra la razón de la competencia,
el principio de la gratuidad.
Contra el argumento de la ambición
la lógica del don.

*

Volver siempre a lo pequeño,
a lo sencillo, a lo esencial.
Eso es lo que hace crecer,
fecunda y da felicidad.
Y recupera la común humanidad.

*

Yo no llegaré a ser nunca
en contraposición a ti,
sino en relación contigo.

*

La grandiosa energía de la vida
está oculta en la fragilidad más absoluta.
El inicio de este universo, en el que vivimos
y nos rodea, es un claro ejemplo de ello.

*

Intenté ver las estrellas en la noche,
pero un sombrío firmamento me lo impedía.
Entonces cerré los ojos y allí aparecieron de nuevo,
radiantes, risueñas, iluminando mi oscuridad.

Meditaciones 24


Un paso verdaderamente importante
hacia la sabiduría de la vida,
es reconocer con humildad
que nada se logra sin un esfuerzo personal.
Y que, a la vez, todo lo que sabemos
y poseemos es fruto de un don
que hemos recibido generosamente.

*

El misterio siempre nos incita a la búsqueda,
al anhelo por desentrañarlo.
Pero ese misterio es parte
de la realidad que nos rodea,
desde la que respiramos,
en la que vivimos.

*

Quiero que sepas que siempre
continuaré esperándote.
A pesar de mis noches vacías,
de mis horas bajas,
de mis silencios baldíos.
Preparando la hora de nuestro reencuentro.

*

El mundo en que vivimos nos propone la competitividad y la gloria
como el camino y la meta fundamental de la vida,
rodeada por alambradas de miedo e inseguridad.
Yo prefiero creer lo contrario, y hago mi apuesta
por la cooperación, la empatía, la confianza y la generosidad.

*

La obtención de la mayor riqueza humana
consiste en necesitar pocas cosas,
pero esas que elegimos,
quererlas y gustarlas apasionadamente.

*

Las personas alcanzan su plenitud
cuando salen de sí mismas
por la relación y la donación.
El individualismo y la incomunicación
van en contra del crecimiento y la evolución.

Meditaciones 23


Dominarte.
Doblegarte.
Domarte.
No. Nunca. Jamás.
Sino caminar juntos para ser cada día más libres.
Y adquirir juntos la sabiduría del don.
Para saborear juntos el arte del don.
Para que lleguemos juntos a ser don.

*

Ser como una garza gris, esbelta,
erguida sobre una rama cerca de la orilla,
atenta al curso del río que fluye impetuoso.

*

Las apariencias irán cayendo poco a poco,
como hojas silentes de otoño.
Solo quedará lo que hayas alimentado
desde tu propia luz y savia interior.

*

Quizá el movimiento hacia adelante
que debemos seguir en nuestros días,
sea la desaceleración, el decrecimiento,
la deconstrucción de un modelo,
para renacer como personas
más cercanas y cuidadosas de los otros,
de nuestra Tierra, del Universo.

*

Ante la precariedad de la vida,
prefiero enriquecerme con la gratuidad
de las acciones de la amistad
y las divisas de la solidaridad y la ternura.

*

Las tinieblas más oscuras de este invierno
que hielan y endurecen nuestros corazones,
en las glaciales calles de nuestras ciudades,
son las de nuestra inhumana indiferencia.

Meditaciones 22


Dedícate a escuchar con atención
lo que le sucede a los demás,
lo que ocurre a tu alrededor, en el mundo.
Lo que se contempla con los ojos y los oídos
y se criba por el filtro de la empatía,
madura y enriquece tu corazón conmovido.

*

Qué hermoso sería llegar a decir
en el atardecer de tu propia existencia:
“Volvería a hacer de nuevo todo lo que he vivido,
con las personas que me han acompañado en mi camino
y que me han hecho sentir tan feliz”.

*

Habla cada día menos de Dios,
intenta mejor vivir, reflejar, respirar a Dios:
el que te habita, te sustenta y anima desde dentro,
el que te rodea y fascina en todo lo que existe,
el que está latente también en los demás.

*

Hagamos lo posible para que las fuerzas del amor,
la solidaridad, la cordialidad, el entendimiento,
en la búsqueda de un mundo mejor,
no acaben absorbidas por los agujeros negros
de un universo de odio, egoísmo,
exclusión, maltrato y desprecio.

*

Me siento como un árbol al final del otoño,
desnudo de certezas ante el frío de la noche,
pero sintiendo la savia que me reaviva por dentro,
con las raíces asentadas firmes en la tierra
y las ramas entrelazadas apuntando al firmamento.

*

Día y noche me mantengo
en continua búsqueda
en la confianza de que,
en algún momento,
me encuentre al hallarte a ti.

Meditaciones 21


El corazón herido precisa
el bálsamo del acompañamiento,
la cura de la paciencia,
el cuidado de la escucha en silencio.
Incluso del analgésico
de la distancia, por un tiempo.

*

Utiliza lo mejor posible tu inteligencia
iluminada por la prudencia de la razón.
Pero no te olvides de que lo que te hace
vivir y palpitar es tu corazón.

*

Quién fuera tu nube protectora
para cubrirte durante el calor del día,
y fuego acogedor que te diera luz
e incendiara cada anochecer.

*

Conocerse uno a sí mismo es necesario
para vivir con plena consciencia
tanto de tus zonas más luminosas
como de las más sombrías.
Pero sin quedarte prendido en la egolatría
ni marcado por la señal de la culpa.

*

Cuando asimiló y aprendió de cada circunstancia
vivida, tanto en el dolor como en la alegría, pudo decir:
“Soy al fin consciente de mis limitaciones,
pero estas ya no me detienen ni desalientan.
Vivo, comparto y disfruto de cada momento de mi vida”.

*

Solo las acciones hablan
de lo que habita en tu interior.
Las palabras superficiales
son como hojas de otoño
barridas por el frío y el viento.

jueves, 11 de octubre de 2018

Meditaciones 20


Habrás crecido en humanidad y madurez
cuando pases de preguntarte: ¿Por qué a mí?,
a reflexionar: ¿Y por qué no a mí?

*

En la carrera de fondo de la vida,
aprende a respirar profundamente,
a cuidar con esmero los afectos,
a seguir la senda que te marque el corazón.

*

No dejes nunca de contemplar extasiado
las estrellas y sus constelaciones en el universo.
Sabiendo que son las mismas que brillan en el cielo
unas veces gris, otras límpido, de la cotidianidad.

*

Muchas veces quienes nos visitan
desde los lugares ocultos de su ausencia,
están más presentes que quienes se mueven
a nuestro alrededor con aires de indiferencia.

*

Al cerrar asombrados las páginas del libro
que nos conmueve, permanece palpitando
el eco que resuena en nuestro más íntimo silencio.

*

Un destello de luz y todo parece iluminarse.
Un momento de dolor y todo se oscurece.
Pero tanto las alegrías como las dificultades
nos ayudan a crecer humanamente, si recibimos
con buena disposición sus manifestaciones.

Meditaciones 19


La isla del tesoro está esperando
a ser descubierta por ti.
Y, aunque no lo parezca,
se encuentra mucho más cerca
de lo que supones.

***

Mis zonas más sombrías
deberían convivir amigablemente
con mis lugares más diáfanos y saludables.
Para que la armonía sea mi música de fondo.

***

Se encontró liberado cuando admitió
que sentía miedos, dudas, recelos...
Y entonces es cuando comenzó a pasear con paz
por el sendero arbolado de la confianza.

***

Uno se marchita y envejece
cuando deja de interesarle
la realidad, los demás,
cuando ha dejado de buscar.

***

También es una gratificante labor
ayudar a los demás a reconocer,
labrar y asumir sus propios sueños.

***

Deberíamos recuperar el sentido
de la palabra “amante”.
Amantes de la vida.
De la piel de la amada,
del amado y su ternura.
Del alma y su delirio.

Meditaciones 18


Hay cadenas que ahogan, que esclavizan.
Pero hay otras cadenas que liberan.
Son las de los sueños,
que soñándolos juntos,
re-evolucionan el mundo.

***

Si no lo tienes ya hecho,
deberías escribir tu testamento vital.
Pero más importante aún
es escribir cada mañana
y leer cada noche
tu carta vital de la alegría
y la esperanza.

***

Las lágrimas compartidas
liberan del mar de la desolación.

***

Cuando las palabras no sanan
la duda o el desamparo,
abre sus alas
el acogedor abrazo del silencio.

***

Cuando al fin se dejó abrazar
por el árbol de la vida
entonó el salmo del agradecimiento.

***

En medio de una densa niebla
se desvaneció su presencia.
Pero no dejé de caminar.
Y volví a sentir cómo me acompañaba
de otra forma, misteriosamente,
junto a cada una de mis pisadas.

Meditaciones 17

Intenta construir puentes
de entendimiento, tolerancia y diálogo,
para vadear los torrentes
de la crispación, el resentimiento, la hostilidad.

***

Solamente quienes hayan experimentado
lo fugaz de la existencia,
serán capaces de disfrutar
cada pequeño detalle y su fulgor,
como un sorprendente regalo
que le ofrece cada día la vida.

***

Hay largos pasillos de silencio
donde se pierde la mirada infinita
ante el dolor, que solo decrece
cuando se comparte.

***

Saber vivir, a fondo, de verdad,
consiste no en vivir bien,
sino en el sencillo bien vivir;
no en consumir, sino en desprenderme;
no en desentenderme, sino en preocuparme
y encargarme de la realidad.

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Ya es un reto pasar de ser
individuos a personas.
Pero lo verdaderamente difícil es pasar
de personas a amigos, a hermanos.

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Para subir hacia la cima de la felicidad
hay que ascender a veces por la ladera de las lágrimas,
del esfuerzo, de las dudas y las separaciones.
Y también tomar aliento y descansar
en el valle de la amistad,
junto al río de las presencias, de los abrazos,
de tantos nombres y rostros queridos…