Powered By Blogger

sábado, 11 de noviembre de 2017

Hay un silencio

Hay un silencio
solo quebrado
por la intensa
emoción luminosa
de la aurora.

La brevedad de la existencia

La brevedad de la existencia.
La eternidad de la vida.
El minuto que transforma la realidad.
El beso inesperado que te ofrece el instante.

Cae leve la hoja, humilde, callada

Cae leve la hoja, humilde, callada,
acariciando la tierra árida, sedienta,
o sobre el oscuro asfalto, ya dormida.
Cae abundante la tormenta inesperada
sobre los fuegos inextinguibles,
prendidos por intereses homicidas.
Cae la norma con su puño de hierro
sobre la desdicha, sonriendo corrosiva
ante las sagradas lágrimas y sus heridas.
Pero cae también, indecible, delicada,
una mansa lluvia de estrellas fugaces
sobre el mar y su estela en mi vida.

Espera con paz la respuesta

Espera con paz la respuesta.
No oirás su voz.
Ni escrutarás su mirada.
Pero vendrá.
Siempre llega.
Luminosa, desoladora, desconcertante.
Con sus gotas de rocío
impregnadas de sabiduría.

Reflejos de sol ardiente

Reflejos de sol ardiente
sobre el azul del mar.
Miradas que ascienden
desde las aguas profundas,
para ser respondidas
por la propia mirada
conmovida del corazón.

Cuando me contemplo en tu mirada profunda

Cuando me contemplo en tu mirada profunda
o me oculto como un niño en tu pecho,
siento que nuestro primer encuentro
no fue una pura casualidad. 

Y le sobrevino un estremecimiento

Y le sobrevino un estremecimiento,
cuando la brisa de la tarde le traspasó
presenciando un conmovedor ocaso,
cuyos destellos desde el mar
le contemplaban a él.

La ducha me ha limpiado

La ducha me ha limpiado
de mis sombras y mis culpas.
Ante el espejo, una mirada irónica
se ha burlado, socarronamente,
de mis arrugas y mis años.
Y he salido a la calle
con una leve y altiva cojera,
sonriendo al mundo, feliz.

Ni siquiera el silencio

Ni siquiera el silencio
logró enturbiar aquel instante
en que le estremeció la música
que comenzó a resonar
en su más profunda intimidad.

Mare nostrum


Ocultos a las miradas,
a los silencios cómplices,
para no ser abrasados aún más
por el odio.
Tras la incierta odisea
en las oscuras aguas del mare nostrum,
quienes han podido arribar
a las costas de la indiferencia
y la noche de la sospecha y la desconfianza
quedan relegados al gueto
del ocultamiento
para que no cuestione su presencia
esta falsa democracia solo de apariencias,
esos papeles ahogados en sangre
de los derechos humanos,
esta supuesta humanidad, tan inhumana,
que descansa acariciada por la brisa suave
en las playas del bienestar imperturbable.
Apartados de la vista, silenciados,
no importunan ni desazonan
el corazón bañado en piedra.
Todo fluye levemente
en la cuna de la democracia
˗˗Europa, Grecia˗˗
como las aguas del espléndido río
de la felicidad, serena, satisfecha.
Narciso que se mira en el límpido espejo
del mar expropiado
a la comunidad humana
que llama humilde y angustiada
a nuestra puerta.

sábado, 29 de julio de 2017

Será mi sola paz la de los otros

Será mi sola paz la de los otros; 
su regocijo mi regocijo,
su soñar mi ensueño; 
mi cristalino llanto 
el que tiemble en los ajenos párpados;
y mis latidos,
los latidos de cuantos corazones
palpiten en los orbes infinitos.
Cada día que pase, has de decirte:
¡Hoy he nacido!


(Amado Nervo)

Hay miradas de una tal ternura

Hay miradas de una tal ternura,
tan turbadoras,
que te deshacen, te desvanecen,
como un diente de león
tras el leve soplo de su brisa.

La herida del abandono

La herida del abandono
parece no tener cura.
Solo la cicatriza
el recuerdo y su hondura.
Únicamente se sana
con la presencia y la ternura.

Los huecos de sombra

Los huecos de sombra,
las redes abisales,
la velada esperanza…
Aún así, una sed insaciable.
La sed de vida.
La vida que me trasciende.

El sueño se deslizó tras el susurro

El sueño se deslizó tras el susurro
de un silencio inerme, fecundo,
engendrando dolorosamente
un nuevo amanecer
de un tiempo desconocido.
Imposible vivir ya entre dos mundos.

Cuando creas haber desechado de ti

Cuando creas haber desechado de ti
toda la amalgama de la herrumbre,
aún te quedará transformar tu noche
en luz, brasa, lumbre.

Hoy, siempre, es un gran día

Hoy, siempre, es un gran día.
Una breve despedida para algo que termina.
Un gozoso abrazo a lo nuevo que te inicia.
Una nueva luz que ilumina tu rostro, tu sonrisa.
Es el amor que das, que recibes,
y que todo lo culmina.

La única luz

Ella consiguió salvarse del naufragio
y del sinsentido de su existencia,
para entrar por la senda de las lágrimas
hacia la isla añorada de su propia identidad.
Al fin, liberada ya de culpas y obsesiones,
camina cada tarde por la orilla de su playa
y se deja abrazar trémula por los vientos,
se sienta absorta ante el horizonte azul,
donde ya no contempla más que luz,
la luz, la única luz…

Cada muerto es un libro de reclamaciones

Cada muerto 
es un libro de reclamaciones 
que se cierra.
Un trozo de memoria
tirado al vertedero.
Cada muerto
es una historia
que comienza de nuevo
en un recién llegado.
(Miguel Ángel Llanos)

Me formé en el seno ardiente

Me formé en el seno ardiente
de una estrella roja gigante.
Millones de años más tarde
me sentí vivo de nuevo
en el acogedor vientre
de mi madre.
Y así sigo,
renaciendo cada día.

Quien me conmueve, lo que me emociona

Quien me conmueve, lo que me emociona,
se convierte en una estrella que me alienta 
cuando me rodean las sombras.
Entonces todo se transforma en claridad.

Buscó un lugar para protegerse

Buscó un lugar para protegerse
del frío que a su alrededor
le helaba la vida.
Y se refugió en su propia mente,
para no aventurarse a salir más
hacia la desazón de la intemperie.

El recuerdo de ella era tan vivo

El recuerdo de ella era tan vivo
que más que una cicatriz 
se transformó en estela.
Y le colmó de su presencia.

Al principio solo se escuchaba

Al principio solo se escuchaba
el callado latido del silencio.
Pero lo turbó de forma inesperada
una inimaginable explosión
que originó la expansión del universo
entre nubes de gases ardientes y amor.
Después volvió a recuperar
su música oculta el sosiego.
Hasta que comenzó a pronunciar
su primera palabra la Vida.

No sé qué ternura me sostiene

No sé qué ternura me sostiene,
el viento que impulsa mi barca,
la presencia que, oculta, me habita.
Pero me ayuda a seguir
caminando y cuidando
el verde brote de primavera,
bañado de transparencia y de rocío.

Desconfío

Desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla. 
Y cuando la consigas tendrás miedo.
(Andrés Neuman)

Absorto contemplaba

Absorto contemplaba
cómo un breve destello de luz
te desvestía lentamente,
mientras yo me desvanecía
en ardientes pupilas gustativas.

Si sigues el curso de los regatos

Si sigues el curso de los regatos,
si escuchas de los arroyuelos el susurro,
si calmas tu sed en ellos
mientras asciendes en busca del hontanar,
llegarás sin duda al manantial
de aguas vivas, cristalinas.

Si el amor lo invade todo

Si el amor
lo invade todo…
toda nuestra vida,
todas nuestras ansias
y deseos,
todos nuestros dolores
y alegrías…
Si tu amor me invade,
si el mío llega a ti
y rebosa,
quizá nuestra vida
sea cada día,
en cada instante,
un nuevo amanecer,
abierto, diferente,
inesperado,
único…

Soledumbres

El tren de larga distancia sale puntual.
El avión low cost alza el vuelo.
El autobús hacia una lejana ciudad europea inicia su recorrido.
Se cierran las puertas tras la despedida
mientras un viento inclemente nos azota y una lluvia gélida, incesante, sigue cayendo.
Un millón de soledumbres abandonando forzadas sus hogares,
familias y amistades,
en un viaje hacia lo desconocido,conocido solo en otros tiempos.
Es imposible sanar
unas heridas que se mantienen
siempre abiertas, sangrantes.

jueves, 6 de abril de 2017

Y en el camino que emprenderé

Y en el camino que emprenderé
hacia el horizonte de cristal y asombro,
sé que me envolverá tu abrazo
para contener el frío, 
tu presencia, como mi luz y abrigo.

Hay instantes tan plenas de vida

Hay instantes tan plenos de vida
que te sientes alcanzado
por el fulgor de un instante eterno.
El misterio de la existencia
ante tus propios ojos.
Aunque, aparentemente,
te rodee la penumbra de la rutina.

No rompas esta magia del instante

No rompas esta magia del instante.
Deja que fluya la noche, el encuentro,
nuestra existencia en silencio.

Despedida

Ya no llegó a respondernos.
Y no regresó.
Su mirada se había quedado atrapada,ausente y absorta,
en un horizonte imaginario,
en un pasado oculto,
en un abrazo perdido.
Y allí permaneció inexpugnable
hasta que consiguió elevar
el último vuelo,
cuando le sedujeron las olas
durante el sueño:
fue su íntimo despertar.

Cuando la pasión transforma tu mirada

Cuando la pasión transforma tu mirada
en una gran llamarada,
no puedo más que acudir a tu llamada,
con el riesgo de quedar mi vida
exhausta, en cenizas, abrasada.

A veces llega la tristeza

A veces llega la tristeza y construye su nido
bajo la sombra de mis ramas caídas.
Solo el sutil entusiasmo sabe abrazarla,
embaucarla y despedirla con travieso ingenio,
hasta ocupar su lugar.

Tocar. Y dejarnos tocar

Tocar. Y dejarnos tocar.
Para redescubrir la piel,
la intimidad perdida.
Para no sentirnos extraños.

Mientras las pardas hojas de otoño

Mientras las pardas hojas de otoño
alfombran las aceras húmedas y frías,
contemplo un instante cómo sobresale,
por encima de un muro cualquiera,
erguida, acicalada, única, mostrándose
recién amanecida en todo su esplendor,
la nívea rosa bañada de rocío.

Qué dulce locura

Qué dulce locura
cuando callan las palabras
y solo se expresa
con la ternura de sus manos.

Lo primordial

Lo primordial no es proteger
con mimo y veneración las cenizas,
sino mantener ardientes las brasas
para que no se extingan.

No hay mayor hondura

No hay mayor hondura 
en la escucha 
que tras el velo semitransparente
de las lágrimas.

La emoción de la nostalgia

Las hojas lobuladas del roble descienden planeando, 
leves,después de dejarse traspasar por la luz, 
para que la tierra a sus pies les conceda el merecido descanso.
El vello sedoso, su forma ovalada como la de un corazón y su último latido, 
no impide que las hojas del haya alfombren 
las raíces indolentes que se extienden a ras de suelo
cubiertas de musgo y líquenes.
El agua del río que un día palideció al contemplar impotente 
cómo se teñía  de sangre, les saluda
desde sus márgenes,resplandeciendo ahora transparente, sonoro, almo.
Incesantes caen también
las hojas de mis trémulos recuerdos.
Ya demolida y oculta bajo tierra la casa que vio nacer al niño que fui, 
desaparecidas las tiendas que frecuentaba,
el colegio en el que aprendí
a escribirlas primeras letras
que ahora me dan plenitud,
o los inolvidables amigos
que ahora son herida abierta,
huella, estela.
Como la de quien me enseñó
a ser feliz con el breve fulgor
de cada instante.
Esta es una de esas veladas tardes en las que me visita,
sin previo aviso, la indulgente
y apacible emoción
de la nostalgia.

Cuerpos yacentes

Cuerpos yacentes,
des-almados, invisibles
a los ojos de la indiferencia…
Pero también nos asombran
miradas atentas, subversivas,
manos compasivas.