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jueves, 19 de noviembre de 2015

Esta sutil emoción

Esta sutil emoción
que templa la mañana. 
La clara luz
recién amanecida. 
Tu presencia estimulante
a mi lado.
Que me hace sentir
bendecido, vivo.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Siempre hay un camino inédito

Siempre hay
un camino inédito
hacia las estrellas:
tu íntimo universo.

Seguir las huellas

Seguir las huellas que se desdibujan
tras la estela de la ausencia. 
Continuar buscando con la mirada diáfana 
durante la prolongada noche sin luna. 
Para recuperar el don de la ebriedad 
y así poder peregrinar de día.
Para no morir de sed.

domingo, 1 de noviembre de 2015

En el crepúsculo de mi ciudad

En el crepúsculo de mi ciudad
no se ven apenas
las estrellas. 
Por eso, cada noche, 
en mi pluriverso, 
las enciendo una a una.
Para que iluminen, protejan
e incendien tantos,
tantos sueños.

domingo, 25 de octubre de 2015

Tu nombre

Tu nombre. 
El misterio en tu mirada.
Tatuado sobre la palma
de mi mano.

Tras el viento y su fragor

Tras el viento y su fragor
llegó la delicadeza y su brisa,
junto a los trémulos ecos
de su silencio sonoro.

Y cada instante fue

Y cada instante fue, 
junto a ti, 
presencia, 
encuentro, 
transparencia.

Ineludiblemente, el tiempo pasa

A los 31 años de nuestro matrimonio, con todo mi cariño.

Ineludiblemente, el tiempo pasa.
Pero la mineral ternura palpita
desde las hondas raíces
vivificando la savia hondura del amor
que se extiende por sus ramas, como abrazos,
y brota en retoños recién amanecidos,
haciendo estallar de belleza y color
las flores que iluminan nuestra casa.

Qué alegría contemplarte

Qué alegría
contemplarte
detenidamente
y reconocerte
sin palabras.

Como la rosa anhela

Como la rosa anhela 
la delicada mirada
y la ternura de la caricia,
así también yo
en esta tarde de ausencias. 

El castaño

Va creciendo en silencio,
en lo oscuro, como una crisálida.
Y hasta que no está maduro el fruto
no se rasga la piel del erizo.
La savia asciende por la corteza,
no desde las raíces,
fijando el ajado tronco a la tierra
en búsqueda de sus nutrientes y minerales.
Mientras, renace con el agua de lluvia
y persigue anhelante el ardor del sol
con insólitos requiebros.
Al fin cae el fruto en su sazón.
Para ser recogido, ofrecido,
degustado.
Y, de nuevo, en silencio,
en lo oscuro, como una crisálida,
ofreciéndose como alimento,
se sumerge y transforma en otro ser.
Revelándose así diáfano
el frágil e incesante
misterio de la vida.

Te dije aquella tarde

Te dije aquella tarde,
sin saber a lo que me exponía:
atráeme.
Y me dejé fascinar y seducir
hasta llegar a alcanzar
la dicha de enmudecer.
Mientras, mi mirada
rasga la niebla,
tan densa.

Indiferencia

En este mundo hay quien fallece
por causas naturales.
Aunque también se muere,
y quizá sea una mayoría,
por muertes evitables
antes de un tiempo no vivido.
E incluso hay quienes mueren,
y contemplamos sus cuerpos flotando
en la pantalla de nuestra indiferencia,
ahogados en lo profundo del mar
junto a sus extintas esperanzas.

domingo, 26 de julio de 2015

Versos tristes en la noche

Mis versos acarician la noche
y recorren tu espalda,
húmeda de gotas de rocío,
la piel que renace en la amanecida,
desvelada por las yemas
recién brotadas de la rama.

Revolotean jilgueros y suspiros,
silentes palabras como miradas,
la ola que crece ineludible
y tú en su cresta,
como una diosa de espuma
aspirando el néctar de la brisa,
cabalgando, dirigiendo poderosa      
los círculos del agua,
la tormenta impetuosa
que nos humedece…

Pero el sueño vuelve
a entornar mis párpados        
bajo las sábanas y el anhelo,
que de nuevo cae
tibiamente

en el vacío.

Impresiones de un poeta en Nueva York

Los muros del Sur no se divisan
desde el Empire State Building.
Una multitud de mil lenguas y razas
contempla un mar de rascacielos
desde su propio anhelo.

Allí arriba no se escuchan los llantos,
no te ahogan las lágrimas
de los niños y niñas
devueltos en caliente.
México, Guatemala, Honduras
reciben de nuevo con dolor a quienes
intentaron alcanzar un cielo
gris, frío, contaminado,
oculto en un cuarto compartido,
para dar a luz aspiraciones
de un futuro más digno
y remesas de sobrevivencia.

El puente de Brooklyn
lo cruzan diariamente
cientos de turistas,
empleados de vuelta a casa,
sanas personas en bicicleta,
estudiantes, judíos ortodoxos…
Y amas de casa negras divirtiendo
en el metro a sus hijos e hijas,
de vuelta al hogar
en un weekend cualquiera.

No problem. Yes, we can.

Desde el edificio Chrysler
no se perciben los ecos de las muertes por ébola,
las masacres de Gaza, Siria, Libia e Irak,
o las alambradas electrificadas
y las torturas de Guantánamo.

Decenas de universitarios
leen tranquilamente en los parques
que se extienden apacibles, relajantes
ante tanto estrés y tensiones diarias,
mientras un grupo de jazz interpreta
canciones melódicas que invitan
a olvidar cualquier preocupación.

Entre tanto, las divertidas ardillas
se deslizan entre nuestros pies
y suben ágiles a los árboles
frondosos, protegidos, bien cuidados,
dando sombra a los jubilados
sin protección, ni sanidad pública,
ni atención alguna para sus hijos
que trabajan en la 34th.St.

Media hora en autobús
camino hacia Broolyn a las 6p.m.,
y solo suben mujeres negras,
empleadas en las tiendas de la zona,
que vuelven a sus casas oscuras, tristes,
mientras sus maridos las esperan taciturnos
con una cerveza en la mano,
sentados en un destartalado sillón
desde el que miran un partido de baseball.

Pero también se pasean por las calles
cuerpos esculturales de hombres y mujeres,
vestidos con ropas de marca,
que recorren la 5th.Ave.
buscando las últimas modas,
el modelo de esta temporada,
el bolso o el reloj que cuesta el sueldo
de varios meses de cualquier obrero
de la construcción de la Zona Cero.

Las Torres Gemelas del World Trade Center
cayendo derrumbadas, inmisericordes,
no se acaban de borrar de nuestras pupilas
traspasadas por el espanto del fanatismo.

En su lugar, hoy,
cuatro cascadas de agua
caen sin parar
como un  recuerdo permanente
de las tres mil personas
que se precipitaron
o se incendiaron
y se evaporaron
en un gran misterio de la iniquidad.

Y todo ese agua vuelve a desaparecer
en un pozo central aún más hondo.
Como un gran agujero negro cósmico.

Como el oscuro dolor que provocan
las multinacionales de la muerte,
las fábricas de armas de la muerte,
los brokers de Wall Street
vendiendo acciones de muerte,
las guerras que planea el Pentágono
con sus efectos colaterales de muerte,
las farmacéuticas con sus patentes de muerte,
el consumo desenfrenado que produce
en los países del sur tantas muertes,
el  imperio y sus apocalipsis de muerte
antes de su agónica muerte él mismo.

Good morning, how are you?
Excuse me, Welcome…
Personas amables, educadas,
te acogen y saludan y da gusto
sentirse así, tan bien acogidos.

Aunque muchas de ellas, a la vez,
aplaudan la pena de muerte ,
defiendan la violencia policial
contra los negros,
la protección de la venta
y posesión de armas,
la miseria en el mundo
frente a la opulencia
de los United States of America.

La religión es la base de la nación:
In God we trust,
escrito en los billetes de un dólar.
Decenas de religiones, sectas, creencias,
unidas a un destino en lo universal
hacia Dios.

Religiones que sustentan y defienden
la política imperial de su país,
aunque también sean cauce, en algunos casos,
de la caridad, el amor más auténtico,
más vital, la solidaridad más real,
hasta la persecución y la cárcel
por los derechos civiles, las mujeres,
las minorías, los pueblos.

Que ocupan Wall Street anhelando
una nueva sociedad.
El 15M en el corazón del imperio.

Cuando recorres en barco
la bahía de New York
y fotografías la Estatua de la Libertad,
piensas, al caer la tarde,
que una ciudad, un pueblo tan generoso
aún podría ser diferente.

Un sueño en el que el Money God
y la prepotencia ante las demás naciones
cayeran abatidos para siempre
como otras Torres opresoras,
y ascendiera como incienso
un mañana distinto, luminoso,
contemplado desde las frondosas orillas
del Hudson river.

(Agosto de 2014 - Abril de 2015)




Este río de alegría

Gracias
por este caudaloso río de alegría.
Que fluye cada mañana, 
como el agua, siempre inédita,
que desliza en mi interior
la serena resonancia de su corriente,
los destellos del sol reflejándose
en cada una de sus lágrimas,
o el leve escalofrío de sus dedos húmedos
tras largas noches y relentes,
y auroras empapadas de rocío.

A la sombra estival

A la sombra estival 
de las verdes hojas trémulas,
me alcanza la ráfaga de una brisa
tras el grácil vuelo de la alondra.
Su belleza y mi mansedumbre.

jueves, 16 de julio de 2015

En mí palpita...

En mí palpita insólita, en plenitud,
la memoria de la evolución
desde su explosión primigenia.
Unos catorce mil millones de años.
Más o menos.
Por eso, al mirarte,
se refleja en tu pupila
todo el universo,
gélido como los espacios interestelares,
ardiente como el corazón de las estrellas.

Una súplica

Una súplica atraviesa
y rasga la noche:
que mi silencio
rebose intimidad.
Y que mi soledad
amanezca habitada.

Es tal la suavidad

Es tal la suavidad
de su presencia 
y su piel
que, a veces, amanezco
bañado
en claridades.

Todo fluye

Todo fluye y confluye
en el misterio diáfano
de la simplicidad.

Se ha desvanecido un invierno

Se ha desvanecido un invierno
sombrío, sin flores…
Y mis ojos suplican
por un destello de calidez,
algún sorbo belleza.

domingo, 14 de junio de 2015

Un punto único

Un punto único
hacia el cual dirigirme.
El origen de todo, aún
en su luminoso eclipse.

Fue permitiendo...

Fue permitiendo indolente
que la placenta del deseo
se fuera desvaneciendo
tras los sedimentos del delta,
de la desmemoria y su inercia.

La mirada sobre uno mismo

La mirada sobre uno mismo
lúcida, transparente,
se convierte
en polifónica, sanadora,
cuando se extiende cálida
en derredor,
hacia los múltiples
rostros de la vida.

Una gota de rocío

Una gota de rocío.
Y todo adquiere
transparencia
a su trasluz.

Acoger con gozo

Acoger con gozo lo sorprendente,
la oportunidad de nuevo concedida.
Preferir el don gratuito, esplendente,
la mano entrañable que te tiende la vida.

Cada experiencia es un fuego

Algunos fuegos arden la vida
y quien se acerca, se enciende
(Eduardo Galeano)
Cada experiencia es un fuego
que nos arde cauteloso, sosegado.
Dentro de ti, de mí,
crepita un mismo fuego
cuyas silentes llamas convocan
a una existencia encendida.
Pero también nos asolan
las gélidas flamas del desaliento,
que abrasan como hielo.
Cada día se alzan llamaradas
que se animan y apaciguan,
y tenaces procuran reavivar
de nuevo las brasas veladas
bajo las cenizas del anhelo perdido.
Contemplamos absortos el fuego,
tantos destellos de oscuridad y fulgor,
sus ráfagas intangibles en la noche…
La presencia como un fuego:
la hoguera del encuentro.
Ascuas de fuego en todo
lo que palpita y vive.
Nacidos en el centro de una hoguera
y urgidos por su resplandor,
así nos conduce la vida
a cada despunte del alba,
prendiéndonos, de fuego en fuego.

Quién hará...

¿Quién hará desaparecer este frío,
este anhelo insatisfecho?
¿Quién saciará de pasión mi pecho
el hueco en crecida, cauce, río?

La añoranza del mar

Cómo volver a despertar
la añoranza del mar,
de sus refulgentes reverberos
sobre el universo azul,
en un permanente viaje
hacia la profundidad
del océano personal,
para llegar a ser
en la alteridad
y, solo desde allí,
poder regresar.

Los helechos del tiempo

Los helechos de un tiempo marchito
te cubren, ocultan y protegen.
No, ya no es el mismo agua
la que se desliza hoy sobre tu piel.
Ni el mismo sol
que te deslumbró ayer.
Ni las caprichosas caricias
de esta hora, tan ausentes.
Has ido puliendo tus palabras,
postergando la sonrisa y la pasión.
Tus noches se vuelven eternas,
febriles, sin sueños, ni ardor.
Todo nace, todo crece en ti…
pero se demora entre las ramas
de un árbol abatido sobre tu manantial,
su corriente detenida, estancada.
Vives suspendida en los márgenes,
reviviendo primaveras, hojas marchitas,
anhelos insatisfechos, batallas perdidas.
Y aun así, entre la espesura de los días,
sigo aguardando que renazcas
de tus propias e inasequibles sombras.
Cuidando delicadamente
la frágil semilla de la esperanza.

Desiertos habitados

Las miradas se quedaron
convertidas en cenizas.
La mayoría han permanecido
pétreas, frías.
Pero algunas, todavía,
resisten candentes
–aisladas, persistentes–,
capaces de avivar
el ardor y sus brasas.
Por el aliento, la brisa,
el viento que brama
desde los desiertos habitados.

Dejarme acunar

Dejarme acunar por la levedad,
la gratuidad como don de la vida.
Dejarme entrañar por la soledad,
el dolor estremecido, tanta herida.

domingo, 22 de marzo de 2015

Frío

Llueve.
Tras los cristales.
Gélidas las gotas
calan hasta dentro
y entibian el alma.
Parece mentira
que hayan aparecido,
sin apenas advertirlos,
luminosos brotes
de primavera.
Cuando sigue haciendo
a mi alrededor
tanto frío. 

Para cuándo...

Para cuándo la anhelada primavera
de la transparencia en la mirada.
Mis ojos, al fin, reflejados
                                         en los suyos.

Antes de amanecer

I
Antes de amanecer
siempre está oscuro.
Más aún en tiempo de desolación.
II
Pero, al principio,
fue la llama y su resplandor…
III
Cómo dar a luz, recrear
un nuevo idioma,
el lenguaje de la vida
y su palabra de consolación.

No quiero

No quiero
que me tapen la boca
cuando digo “no quiero”.
(Ángela Figuera)

No quiero
que privaticen la felicidad
que silencien la brisa y el canto
que vuelva el miedo a las calles
que sepulten los versos y el espanto.
No quiero
que precinten las puertas
que se acapare el pan y la imaginación
que nos muerda la indiferencia
que haya lunes sin ilusión.
No quiero más banderas ni fronteras
que las del corazón.
No quiero
que nos sigan engañando con falacias
que insulten con altivez y arrogancia
que subestimen desde el silencio
que arrojen solo migajas y desprecio.
No quiero
que haya más jirones sobre las vallas
que corra la sangre por la playa
que echen más sal sobre las personas heridas
que suenen a imposible sus demandas.
No quiero que emigren con dolor
las aves que nacieron de mis entrañas.

Sé que en lo oculto

Sé que en lo oculto me miras
tras el umbral de mis noches.
Aunque yo no pueda verte.
Y, a veces,
eso me basta.

La mirada ausente

La mirada ausente, perdida,
el estremecimiento y su fulgor,
el inaudito suspense de la herida,
la apasionada experiencia del amor.

Un nuevo lenguaje

Solo cuando lo sientas
como una herida
o un temblor en las entrañas,
podrás interpretar
la revelación del don
que se te ha concedido.
Para volver a reencontrarte
tras el exilio del deseo.
Y así descifrar
palabra a palabra,
Beso a verso,
el lenguaje de la ternura
que un día perdimos.
Para que no se oculte más
el sol en tu camino.

Todo irá bien

Una sosegada, sutil pátina de niebla
te va ocultando tras este atardecer
de tu mirada, tus anhelos y tus años,
que se desprenden y desvanecen
como terrosas hojas de este bosque otoñal.
Se te van olvidando los sueños y los nombres,
mientras lo cotidiano adquiere nuevas sensaciones.
Ya no pretendes recorrer sendas desconocidas,
sino dejar que afloren emociones transparentes,
humedecidas por cálidas lágrimas, cristalinas.
Te es imposible saber hasta cuándo podrás continuar
haciendo memoria y depositando tus recuerdos
en esa agenda manuscrita de tu vida,
cuyas páginas concluirán con un epílogo
transfigurado en poema, suspiro y vuelo.
Hasta el último andén de tu existencia
llega el fulgor de tantas estelas trémulas.
La serenidad va ocupando el centro,
porque sabes que alguien continuará viviéndote
desde la memoria agradecida de su corazón.
Respiras hondo.
Y te abandonas al callado, íntimo silencio.
Sabes que, al fin, todo irá bien.

domingo, 25 de enero de 2015

Nunca es tiempo perdido

Nunca es tiempo perdido
dejarme hechizar y seducir
por los círculos del agua.

Me habitan tantas vivientes heridas

Me habitan tantas vivientes heridas
que es mi angustia su quebranto;
mas me provoca el silente encanto
de sus miradas conmovidas.

Ídolos con pies de barro

Ídolos con pies de barro.
Sin embargo, tanto dolor
y provocación…
Cuatro jinetes.
Miedo. Oro. Silencio. Desprecio.
Alimentados por la tiniebla,
la complicidad y la sangre.
Mientras, las termitas de la luz
siguen carcomiendo el pedestal
y su alargada sombra.

Su mar de fondo

Mi reopilación de poemas de 2014.

https://www.facebook.com/groups/188153227923515/

Quién podría seguir viviendo

Quién podría
seguir viviendo
o muriendo
como antes,
después de sentir
tal desmesura…