Powered By Blogger

martes, 11 de noviembre de 2014

Y sigo descifrando

Y sigo descifrando
palabras tejidas
de recuerdos,
anhelos,
clamores,
que me acercan
las olas, la brisa,
su mar…

Ídolo con pies de barro

El ídolo que todo lo domina mantiene 
sobre sí los focos debidamente dirigidos,
para agigantar aún más su silueta…
No obstante se pueden contemplar
sus quebradizos pies de barro.
Su niebla despliega un manto gris
sobre las estrellas noctívagas.
El miedo se extiende alado y aprisiona
como un tumor, que necrosa la mente
y apesadumbra inmisericorde la mirada.
Pero un empañado y tenaz horizonte
invita a suspirar con otro aliento,
la audacia marcando su propio territorio
hasta acallar los mandatos del temor,
abriendo en la oscuridad un resquicio,
un vislumbre.

Oración por nosotros los poetas

Señor, ¿qué nos darás en premio a los poetas?
Mira, nada tenemos, ni aun nuestra propia vida;
somos los mensajeros de algo que no entendemos.
Nuestro cuerpo lo quema una llama celeste;
si miramos, es sólo para verterlo en voz.
No podemos coger ni la flor de un vallado
para que sea nuestra y nada más que nuestra,
ni tendernos tranquilos en medio de las cosas,
sin pensar, a gozarlas en su presencia sólo.
Nunca sabremos cómo son de verdad las tardes,
libre de nuestra angustia su desnuda belleza;
jamás conoceremos lo que es una mujer
en sus profundos bosques donde hay que entrar callado.
Tú no nos das el mundo para que lo gocemos,
Tú nos lo entregas para que lo hagamos palabra.
Y después que la tierra tiene voz por nosotros
nos quedamos sin ella, con sólo el alma grande…
Ya ves que por nosotros es sonora la vida,
igual que por las piedras lo es el cristal del río.
Tú no has hecho tu obra para hundirla en silencio,
en el silencio huyente de la gente afanosa;
para vivirla sólo, sin pararse a mirarla…
Por eso nos has puesto a un lado del camino
con el único oficio de gritar asombrados.
En nosotros descansa la prisa de los hombres.
Porque, si no existiéramos, ¿para qué tantas cosas
inútiles y bellas como Dios ha creado,
tantos ocasos rojos, y tanto árbol sin fruta,
y tanta flor, y tanto pájaro vagabundo?
Solamente nosotros sentimos tu regalo
y te lo agradecemos en éxtasis de gritos.
Tú sonríes, Señor, sintiéndote pagado
con nuestro aplastamiento de asombro y maravilla.
Esto que nos exalta sólo puede ser tuyo.
Sólo quien nos ha hecho puede así destruirnos
en brazos de una llama tan cruel y magnífica.
… Tú que cuidas los pájaros que dicen tu mensaje,
guarda en la muerte nuestros cansados corazones;
dales paz, esa paz que en vida les negaste,
bórrales el doliente pensamiento sin tregua.
Tú nos darás en Ti el Todo que buscamos;
nos darás a nosotros mismos, pues te tendremos
para nosotros solos, y no para cantarte.
(José Mª Valverde, Hombre de Dios, 1945)

Un gran vacío en el universo

Un gran vacío
en el universo
entre tú y yo.
Un vacío henchido
de antimateria
y sus positrones,
que crean
a nuestro alrededor
un ardiente
campo de atracción.